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Opinión

21/05/2020@19:35:51

Aunque hemos avanzado y saliendo de nuestro arresto domiciliario, todavía seguimos en el monotema y, pese a que se siga repitiendo que ya habrá ocasión de buscar responsabilidades, parece oportuno hacer algunas reflexiones.

En febrero escribí que el pánico es el arma más letal y eficaz de los autoritarios, porque nubla la mente y provoca reacciones primarias como la violencia que, ya lo decía Aristóteles y la ciencia lo ha establecido de manera incontestable, solo puede destruir aun en los casos de defensa urgente.

Dice el dicho popular que a menudo “el árbol no nos deja ver el bosque”.

Le viene perfecto a la situación actual, en la que en lugar de preocuparnos por el coronavirus (ahora denominado, cosas de la ciencia, SARS-Cov 2), o de escuchar a los que saben, científicos, virólogos, expertos y responsables de UCI, urgencias, o SAMU, estamos entretenidos con las peleas de si fase 1, 2, o 22, con la resurrección de la extrema derecha, o con la pelea de los sectores económicos y los que están deseando de juerga para que esto acabe antes de tiempo.

En memoria de 'Chato' Galante

Despertar una mañana de mayo con la noticia de que tu torturador, ese que conociste en persona un frío día del invierno de los años 70, cuando te sobresaltó el frenazo de un SEAT 124 negro y de él salió a gran velocidad ese siniestro personaje, te trae diferentes sensaciones.

A pesar de las duras críticas, Suecia sigue sin confinamiento, fronteras abiertas, libertad de movimiento, niños asistiendo a la escuela, comercios, bares y restaurantes atendiendo clientes en tanto no permanezcan parados, solo recomendaciones, sin imposiciones prohibiendo únicamente reuniones de más de 50 personas.

Este año la celebración del 72 aniversario de la Independencia del Estado de Israel, por primera vez el Coronavirus hizo que las diferentes ceremonias se celebraran en condiciones especiales, excepcionales, sin público, pero ello no le quitó nada de la emoción de siempre, me atrevo decir que ésta fue aún mayor.

Esta terrible pandemia que nos está tocando sufrir a la humanidad, ha sacado lo mejor pero también lo peor del ser humano, además de dejar claro nuestro papel destructivo ante la naturaleza.

Recuerda Allan Stevo que corría el otoño de 1989, y el muro de Berlín había caído. La gente del bloque soviético llegaba a Occidente a través de Hungría. La situación se le escapaba de las manos a los comunistas del Pacto de Varsovia que habían mantenido en “cuarentena” a sus poblaciones. ¿Se extendería la libertad a Checoslovaquia?

Me dicen que importantes casas de apuestas internacionales pueden quebrar, los números 34, 15 y 50 son los más jugados, el primero indica la cantidad de ministros, el segundo la de vice ministros y el tercero la suma de ambos. Para muchos de ellos ahora, luego del nombre, hay que encontrarles un presupuesto y lugares físicos para instalarlos, el que harán, ni ellos ni nadie lo sabe.

La princesa Camilla di Borbone sugirió: “imagínate que has nacido en 1900”. A tus 14 años comenzó la Primera Guerra Mundial, que terminó cuando tenías 18 asesinando a 22 millones de personas, y ese año aparece la “gripe española”.

Muchas veces lo he dicho y escrito, de lo único que debo agradecerle a la psicología es que a través de ella conocí a mi esposa, de ello hace casi 47 años, tras una fuerte discusión sobre la profesión hizo que luego fuera a buscarla para disculparme, todo lo demás ya es historia. Además hijos y nietos son portadores de sus genes, a ella se parecen, soy un agradecido de por vida.

Los dos últimos fines de semana, con el desconfinamiento paulatino primero de los niños y después de los mayores, estamos poniendo a prueba la eficacia de la apertura de manos de nuestras instituciones por un lado, y la sensatez y responsabilidad de la ciudadanía por otro.

La segunda gran reflexión que da pie a este epílogo es que hasta la actualidad, con visiones y sentimientos calificados con anterioridad como de infantiles y adolescentes, el ser humano, durante todo el pasado, y aun en la actualidad, salta, brinca, sube, baja y se para o corre, deja volar su imaginación, sueña, y trata de alcanzar sus sueños sobre la llamada “realidad”.

Durante mas de 20 años mi médico personal, Arnaldo Bresciani, mantuvo a los míos, incluida mi madre que va para los 90 y a mí, en muy buen estado. Le pregunté por el coronavirus y me aseguró que era otra gripe, que no haga locuras como encerrarme y dejar el deporte, el sol y el aire libre.

Las grandes historias, los grandes avances científicos generalmente siempre comienzan en pequeño. Según informes, un fármaco israelí de coronavirus con una tasa de éxito del 100% incluso entre pacientes gravemente enfermos se está probando en los Estados Unidos por primera vez.