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Israel Rabinowicz

24/01/2019@11:56:44
Sentarse frente al teclado luego de regresar y disfrutar del cumpleaños de uno de mis nietos es hacerlo con una sensación y un estado de ánimo muy especial, por ello a mis lectores ésta vez solicitaré una participación adicional, completar la titulación de éste comentario, incluir dentro del encomillado la palabra que mejor consideren según interpretación o país, es sabido que las mismas palabras tienen muchas veces lecturas diferentes.

Hace tiempo que había decidido, salvo circunstancias especiales, dejar de concurrir a la reuniones y celebraciones diplomáticas, pero la despedida, un reemplazo natural y ordenado, del Comandante de la Fuerzas Armadas, Teniente General Gadi Eizenkot luego de 4 años en funciones era una circunstancia que doblegaba cualquier pasividad mía, ni el frío y el fuerte viento que aportaba arena del desierto lograron que me quedara en casa, estaba claro que todos estarían, nadie faltaría.

Cuando hace unos días Benjamín Netanyahu realizó un viaje relámpago a Bruselas para entrevistarse con el Secretario de Estado de los Estados Unidos Mike Pompeo estaba claro que por delante un tema que hacía a la seguridad de Israel.

Regresaba en el avión desde Barcelona a donde había viajado aceptando una especial invitación para presenciar el clásico, un espectáculo único, inolvidable, rodeado de palcos en donde estaba todo el poder del fútbol y también del otro, en el entretiempo un servicio de buffet y bebidas de lo mejor.

Hace algunas semanas tomé conocimiento de la designación del empresario Andrés Orchansky como nuevo Cónsul Honorario de Israel en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Tucumán en Argentina.

En los últimos días he contactado varias veces con funcionarios de rangos diferentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, un tema sobre el que escribiré hace que deba profundizar mis consultas, la burocracia israelí no se caracteriza por trabajar demasiado, en éstos días aún menos, todos en pleno brindis por la proximidad de Año Nuevo, a mi consulta la derivaban de uno a otro.

En Argentina, ¿alguien imagina a Paolo Rocca, CEO del Grupo Techint, la mayor fortuna y, según la revista Forbes, una de las más importantes del mundo, con detención domiciliaria previa citado por los tribunales y durante horas declarando frente a juez y fiscal sobre el contenido de los famosos cuadernos de un arrepentido, luego retornar a su domicilio con una prohibición de salida del país?

Shabat, sábado, estadísticamente los números indican que apenas ingresado a éste las comunicaciones telefónicas se reducen casi un 90%, no significa que ése sea el porcentaje de población religiosa, es la reacción y comportamiento simple de aquellos que por respeto no llaman, se abstienen de hacerlo.

No tenía previsto escribir, los festejos con champagne y whisky dejan poco tiempo para las lecturas, los millones de saludos que por mail se reciben convierten a todos en uno más entre muchos a los que generalmente nadie lee o presta atención, por ello seré corto, intentar que lo corto y bueno sea doblemente bueno.

Las televisiones del mundo mostraban un hecho inédito, un delegado del Gobierno de Qatar, con quien no se mantienen relaciones diplomáticas, aterrizaba en un avión privado en el aeropuerto Ben Gurión de Israel con maletas que contenían US$ 15 millones de dólares en efectivo, escoltado cruzó a Gaza.

Nos conocemos hace un poco más de 5 años, la diferencia de edad y de posiciones no fue impedimento para mantener una fluida relación, la palabra Argentina una de las más repetidas.

Una guerra que no concluye con un acuerdo de paz aceptado por ambas partes, es una guerra inconclusa. Al cabo de un tiempo resurgirá en lo que la gente la definirá con otro nombre, distinto al anterior.

Transcurría la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín y una de sus tantas crisis económicas, fue cuando el que estas líneas escribe desde Israel por pocos días viajó a Buenos Aires, allí me encontré con un amigo con cuya familia me/nos unía una mutua relación de amistad y respeto, luego dicha persona casi llegó a lo más alto de la política argentina.

Tengo pasión por el violín, nunca estudié para aprender a tocarlo, por un lado porque siempre fui un inútil, un torpe total con las manos, cualidades que aún mantengo inalterables ( se aceptan bromas al respecto ), pero al principio fueron razones económicas que lo impidieron, luego cuando éstas fueron superadas la edad y las siempre falsas excusas hicieron que llegara a lo que hoy soy, parcialmente o cubrí con mi devoción por escuchar y deleitarme con sus conciertos, la exquisita música húngara en donde el violín es parte principal de ella complementan los estilos y mis oídos.

Recuerdo que en mi Córdoba natal, de ello más de 60 años atrás, imagino que el fenómeno se repetía también en otras ciudades y países, se popularizaron los cines clubes, el que no concurría era como una manera de no existir.