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Israel Rabinowicz

11/11/2019@14:27:13
Hace más de 45 años un común amigo hizo de puente para conocer personalmente a Itzjak Rabin, luego con el tiempo la relación se mantuvo en forma directa, cada uno en lo suyo, en el medio simplemente sinceridad y franqueza.

A pesar que él era solo 9 años mayor que yo no fuimos amigos, sí existió una relación de respeto en la cual yo gozaba con escuchar, era mi mayor premio.

Hace unos días, España despertaba sacudida por las denuncias de acoso sexual contra Plácido Domingo. Por el personaje que es y porque es un tema que da mucho para hablar, la noticia recorre el mundo.

Al momento de comenzar a escribir estas líneas en todo Israel acaban de finalizar los dos minutos en que las sirenas suenan en recuerdo a los 6.000.000 de judíos exterminados por los nazis. El país se detiene, una ceremonia que anualmente se repite a fin que las nuevas generaciones recuerden, no olviden. El encendido en Jerusalén a manos de supervivientes del exterminio de las 6 antorchas en su recuerdo fue el inicio de una jornada de recogimiento, emoción y lágrimas.

2 am de la madrugada del pasado miércoles, Netanyahu sobre el escenario, se lo notaba con su mejor expresión, las tensiones habían quedado atrás, junto a su esposa comienza su discurso de agradecimiento, un verdadero show de exaltación personal, para que el mismo fuere completo solo faltaba que alguno de sus tantos colaboradores le acercara el celular diciéndole “en línea el Presidente Trump”, todo lo demás se dio al pie de la letra, el público durante largos minutos aplaudía y gritaba alabanzas al rey. Lo era.

La titulación de ésta nota vale una explicación. En los países anglosajones, también en Israel, el 1 de abril es lo que en España y Latinoamérica es el 28 de diciembre, el Día de los Inocentes, humor y bromas para todos los gustos.

Mientras por un lado digería lo peor de la política ante el cierre de las presentaciones de las listas que intervendrán en las próximas elecciones generales, siempre lo bajo y deprimente tiene escalones aún más bajos, para ello no existen los límites, Netanyahu demostró que en ambos extremos es un experto, de lo mejor a lo peor, por el otro fueron 3 días en que a nivel personal me llenaba de satisfacción y mi ego, a mis casi 79 años es muy especial, rebozaba de alegría.

La semana comenzó con un llamado telefónico imprevisto, muy tempranero, más aún cuando por el tiempo transcurrido ya casi del tema me había olvidado.

Este será uno de mis artículos más cortos, como refleja la expresión: “lo corto y bueno doblemente bueno”.

10 am del pasado sábado, en un parque público en Kfar Saba le festejaban el cumpleaños a una de nuestras nietas, presentes, además de los familiares directos, algunos amigos de los padres.

Lo conocí aquí en Israel de ello hace como 4 años en una reunión familiar en casa de un amigo común, en aquellos tiempos era simplemente un reconocido actor cómico televisivo en su país, Ucrania.

El 19 de noviembre de 1977 el Presidente de Egipto Anwar Sadat se convertía en el primer líder árabe en pisar el Estado de Israel y pronunciar un discurso ante la Knesset, su Parlamento.

Uno de los mejores programas satíricos de televisión mostró un cuadro en donde se lo ve a Benjamín Netanyahu encerrado dentro de una celda, detrás de los barrotes, espacio que hace de oficina del primer ministro.

A mis casi 79 años las rutinas diarias son fáciles de imaginar, las nocturnas mucho más. Cuando mi esposa finaliza con sus series televisivas, con algunas la acompaño siempre y cuando no las estiren con argumentos al estilo Nené Cascallar o Migré, juntos compartimos los partidos de futbol y baloncesto de Barcelona, Real Madrid, equipos ingleses, al criar 3 hijos varones se convirtió en una verdadera experta, yo siempre la llamo, para aquellos memoriosos, la Lujambio israelí.

Uno de los premios mayores de la lotería de España hizo que mi memoria retrocediera un poco más de 60 años llevándome a la ciudad de Córdoba, Argentina.