El Consejo de Seguridad de la ONU, reunido de urgencia a petición de Francia, Reino Unido, EE.UU., Luxemburgo y Corea del Sur, concluye que aún es demasiado temprano para asegurar que el ataque en un barrio de Damasco fuera con gases químicos tal y como denuncia la oposición.
"Los miembros del Consejo están muy preocupados por las acusaciones y el sentimiento general es que debe aclararse lo que ha sucedido y debe hacerse un seguimiento muy estrecho de la situación", asegura la embajadora de Argentina ante Naciones Unidas, María Cristina Perceval al término de la reunión.
Y es que hasta un total de 35 países solicitaron a Ake Sellstrom, jefe del equipo de observadores de la ONU que se encuentra en Siria desde el pasado sábado, que empiece a investigar el asunto lo antes posible.
La reunión comenzó a las nueve de la noche. Ban Ki-moon, aseguró estar "conmocionado" por esta nueva denuncia y anunció que la misión de expertos que se encuentra en Siria para investigar otros presuntos ataques negocia con las autoridades incluir también este último.
El régimen de Damasco y las Naciones Unidas continúan discutiendo "en paralelo" otras posibles denuncias de uso de armas químicas tal como acordaron en julio ambas partes, detalló ante la prensa un portavoz de la ONU, Eduardo del Buey.
La Unión Europea (UE) y varios de sus estados miembros han pedido al régimen de Damasco que permita que la misión de la ONU investigue el supuesto uso de armas químicas y les permita acceder "sin restricciones" a un área donde la pasada madrugada, según fuentes rebeldes, han sido presuntamente usadas.
"Estamos a la espera de más información sobre esto, pero si se verifica, sería una escalada estremecedora en el uso de las armas químicas en Siria", afirmó el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, a su llegada al consejo extraordinario del ramo dedicado a analizar la situación en Egipto. "Si se confirma, no solamente será una masacre, sino una atrocidad sin precedentes", aseguraba en la misma línea el ministro galo, Laurent Fabius.
También el Gobierno español ha condenado los "brutales" bombardeos que han asolado la región de Damasco. El Ejecutivo, en un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores, llama al cese de la violencia en Siria, a la búsqueda de una solución política al conflicto civil que ha causado ya la muerte de más de 80.000 personas y que amenaza con desestabilizar la región y reclama una investigación en la que se aclare las circunstancias de las muertes "tan dolorosas" de decenas de personas.
También algunos países árabes han solicitado la intervención de la ONU. El ministro saudí de Asuntos Exteriores, Saud al Faisal, ha reclamado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para analizar la situación en Siria.
Estamos horrorizados por esta terrible masacre en varias localidades sirias en la que se han empleado armas químicas prohibidas", declaraba el ministro de Arabia Saudí, país contrario al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.
Un mínimo de 1.300 muertes
La opositora Coalición Nacional Siria (CNFROS) denunció que al menos 1.300 personas murieron en un ataque supuestamente cometido con armas químicas en la zona de Guta Oriental, en los alrededores de Damasco, acusaciones que fueron negadas por las autoridades sirias de manera inmediata.
Los rebeldes criticaron también la pasividad internacional ante el presunto ataque químico, según dijo en Estambul el portavoz de la CNFROS, George Sabra, una actitud que interpretan como un respaldo al régimen de Bachar al Asad.
Por su parte, el régimen sirio confirmó que ayer lanzara una gran ofensiva sobre los barrios de la periferia de Damasco controlados por los rebeldes, ha desmentido que haya utilizado armas químicas, como ha denunciado la oposición.
Las fuerzas sirias no utilizaron armas químicas sino la aviación y artillería pesada en su escalada y consiguieron importantes logros sobre el terreno frente a la insurgencia, según dijo a Efe una fuente de seguridad.
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