Así lo han decretado las autoridades militares, quienes han querido justificar esta decisión por "el contexto del estado de emergencia" en el que se encuentra el país desde el golpe de estado que derrocase al islamista Mohamed Mursi.
"En el contexto de la ley de emergencia, el vicecomandante militar ha emitido una orden por la que Mohamed Hosni Mubarak deberá ser puesto bajo arresto domiciliario", informaba el Gobierno en un comunicado que ha sido emitido por la televisión estatal.
Aunque a Mubarak aún le quedan cuatro procesos pendientes, un tribunal del Cairo ordenó este miércoles la puesta en libertad provisional del rais tras ser absuelto de los cargos de abuso de poder y corrupción. El que más repercusión ha tenido de los casos que quedan por juzgarse, es el que debe determinar su papel en las matanzas de opositores durante la revolución.
El exdictador ya había sido condenado a cadena perpetua por ello, pero el proceso fue anulado y se ordenó repetirlo. Ahora podrá salir en libertad provisional ya que ha superado el tiempo máximo que prevé la legislación. Eso sí, las causas abiertas le impedirán salir del país y sus bienes seguirán estando confiscados.
Su abogado aseguró en la tarde de este miércoles que Mubarak saldría de la cárcel de Tora el jueves. Por el momento, desde el Ministerio del Interior se han limitado a confirmar que aún no ha pisado la calle ya que los servicios penitenciarios están a la espera de una orden de la Fiscalía para permitir su marcha.
"No hemos recibido ninguna orden para excarcelar a Mubarak. El asunto se encuentra en el campo de la Fiscalía. Si hay algo, será mañana por la mañana y lo anunciaremos", dijo un portavoz a la agencia EFE.
Protestas por la excarcelación
El futuro de Mubarak ha vuelto a sacudir a un país sumido en una profunda crisis a raíz del golpe militar y la posterior ola de violencia, que ha dejado ya cientos de muertos y miles de heridos.
El grupo juvenil Tamarrud─ instigador de las protestas previas al golpe de estado que depuso en julio al presidente Mohamed Mursi─ ya ha rechazado la puesta en libertad provisional de Mubarak.
Viernes de los Mártires
Al tiempo, la Alianza para la Defensa de la Legitimidad, que aglutina a los Hermanos Musulmanes y otros grupos afines, llamó a sus simpatizantes a manifestarse el próximo viernes contra el golpe militar. En un comunicado, los seguidores de Mursi anunciaron que saldrán a las calles en el llamado Viernes de los Mártires después de orar por las personas que perdieron la vida como consecuencia de la última ola de violencia en el país. La coalición se mostró dispuesta a "resistir hasta derrocar el golpe militar sangriento e injusto".
Pero las autoridades han proseguido con las detenciones de dirigentes opositores. Anoche fue arrestado Murad Ali, portavoz del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, cuyo máximo líder, Mohamed Badía, fue detenido la víspera.
No quieren injerencias externas
Para conocer la situación sobre el terreno, el secretario general adjunto para Asuntos Políticos de la ONU, Jeffrey Feltman, se entrevistó en El Cairo con el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Nabil Fahmi, quien reiteró que su Gobierno no acepta "injerencias extranjeras" en los asuntos internos.
Además, expresó "el descontento" del Ejecutivo y el pueblo egipcio hacia la comunidad internacional por lo que considera su falta de conocimiento de la realidad y por no criticar ni condenar "a la parte que planea, instiga y perpetra acciones terroristas".
¿Se quedarán sin armas de represión?
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, lleva días preparando una lista de medidas que presentar a los ministros de Asuntos Exteriores de la UE. Estas propuestas debían ser la respuesta europea a la crisis egipcia que ya se ha cobrado un millar de muertos y amenaza con desestabilizar toda la región.
Pero el documento aprobado ayer por los ministros incluye muchas declaraciones políticas, pero pocas medidas concretas. Tan solo se ha llegado a un acuerdo para restringir el envío de armas que puedan ser usadas para la represión interna —concepto que, para colmo, deberá definir cada Estado miembro— y la intención de revisar la ayuda europea al país árabe.
La UE quiere dificultar la exportación de armas a Egipto, pero no obliga a los países a suprimirla. Para ello, los Estados miembros han acordado suspender las licencias de exportación del material destinado a la represión y reevaluar los permisos de venta de productos de tecnología y equipamiento militar.
“Los ministros se han puesto de acuerdo para hacer una declaración política. Pero cada país deberá decidir el alcance de esta medida. Lo que se ha aprobado no es un embargo”, explicaban fuentes europeas. La suspensión de las licencias tendrá, además, un efecto limitado, ya que países como Reino Unido ya habían tomado esta decisión. España paralizó la venta de nuevas armas y estudiará próximamente qué hacer con las licencias ya aprobadas.
Los 28 ministros también condenan la violencia de los dos bandos. El texto acordado reconoce por una parte que las fuerzas de seguridad han actuado de forma “desproporcionada” , pero también critica los actos de terrorismo de los últimos días, como la matanza de policías en el Sinaí, la destrucción de iglesias y los ataques contra la comunidad copta.
El mensaje-fuerza que lanza Europa es de condena de la violencia pero al mismo tiempo de mantener cauces para el diálogo, con la esperanza de que los sectores más moderados de ambos bandos puedan llegar a un acuerdo. “Tenemos que dejar la puerta abierta para el futuro, Egipto necesita este diálogo exitoso”, dijo el titular de Exteriores británico, William Hague.
“La UE quiere que todos los partidos se comprometan a un diálogo real e inclusivo que restablezca el proceso democrático”, añadió Ashton.
Para ello, los ministros europeos reclaman la celebración de unas elecciones en las que todos los partidos concurrieran en igualdad de condiciones.
Antes de entrar en la reunión, varios ministros insistieron en la necesidad de tomar medidas que no dañen a la población. Por ello, la congelación de la ayuda que algunos países habían propuesto se queda tan solo en una revisión de los programas en marcha. “La asistencia socioeconómica y a la sociedad civil continuará”, asegura el comunicado.