La histórica líder del Partido Conservador británico, Margaret Thatcher, ha fallecido este lunes a los 87 años de edad de un ataque de apoplejía, según ha informado su afligido portavoz, Lord Bell.
La única mujer que llegó al puesto de primera ministra en Reino Unido, ha fallecido pacíficamente tras una vida dedicada a la política y a su país. Se enfrentó a Argentina en la guerra de las Malvinas en 1982, mientras regentaba el poder entre 1979 y 1990.
Hija de un tendero de Grantham nació en el seno de una familia con recursos limitados en 1925, y no fue hasta 1979 cuando ganó los comicios, en un momento en el que el Partido Laborista se encontraba debilitado.
A pesar de la delicada situación del país, su llegada supuso la reconversión del Reino Unido promoviendo la privatización de las industrias estatales y el transporte público, así como la reforma de los sindicatos, a los que prácticamente despojó de poder.
Su fuerte personalidad quedó reflejada en los primeros documentos secretos sacados a la luz tras su llegada al poder. Entre sus sonadas discusiones destacan las disputas presupuestarias con el ministro del Tesoro y canciller del Exchequer de la época, Geoffrey Howe, o sus ácidos comentarios por lo que consideraba excesiva prudencia de los funcionarios de Whitehall.
Nunca quiso resaltar su condición de mujer para alcanzar la relevancia política, tal y como demostró en su paso por Downing Street.
Calificada en alguna ocasión como ‘brusca’, su terquedad salió a relucir en los papeles del canciller Exchequer, donde apuntada en cuanto a los recortes presupuestarios "no es lo bastante duro", pues consideraba que había “un despilfarro enorme en la mayoría de los ministerios”.
Un símbolo para muchos y el terror hecho carne para otros, sin embargo, su contribución en la historia política mundial, para bien o para mal, es indudable.