Las españolas de sincronizada consiguieron la medalla de plata en equipo libre, una medalla que sabe a oro por la invulnerabilidad de las rusas en la piscina.
Dejaron atrás todos los problemas sobre la creatividad de sus ejercicios y realizaron un espectacular ejercicio basado en una especie de recreación de parque jurásico con una espectacular puesta en acción. Lo realizaron de de forma excelente a nivel técnico y se quedaron a solo 2.170 puntos del oro, aunque sí sumaron la sexta medalla para España en la competición.
El equipo nacional español a ritmo de “Samsara (una pieza del músico de cámara del equipo) hicieron vibrar a los espectadores allí reunidos y comienzan a abandonar los problemas y polémicas de Anna Tarrés.
España superó a Ucrania, un equipo potente y con mucho futuro, y aprovechó la no participación de China en los ejercicios por equipo en Barcelona.
Por su parte, poco más se puede decir de las nadadoras rusas. Llevan en la cúspide de la sincronizada desde el Mundial de Perth en 1998 y parece que van a seguir así con su nadadoras.