Tras la reunión de la Mesa Sectorial de Sanidad, donde se ha discutido el Plan de Reestructuración de Atención Primaria, el gerente regional de salud, Eduardo García, ha confirmado el proyecto. El plan incluirá medidas para la redistribución de las cargas asistenciales entre aquellas localidades del medio rural que han visto mermada su población y las ciudades donde se ha dado el efecto contrario.
García ha enfatizado que el fin de las modificaciones en el sistema no es la eliminación de las plazas existentes, sino la reorganización de las mismas para adaptarlas a las nuevas necesidades que han generado los cambios poblacionales de los últimos años. De esta manera, se prestará más apoyo a las zonas donde la demanda asistencial se ha incrementado, aprovechándose los profesionales que ya no resultan necesarios allí donde la cantidad de enfermos se ha reducido.
La Conserjería busca llevar a cabo los traslados antes de final de año, previo acuerdo con los sindicatos. La principal traba impuesta por las asociaciones de trabajadores es la exigencia del carácter voluntario de los traslados, factor que según Sanidad podría acarrear problemas legales. Para conseguir el consenso, un grupo de trabajo técnico estudiará las diferentes opciones para llevar a cabo la reubicación de personal sanitario.
El plan tendría una fase inicial en la que se procedería a la reubicación de 81 médicos y 49 enfermeras, aunque en una posible segunda fase, cuya aplicación dependerá de factores demográficos y de la evolución de las plantillas, los traslados podrían afectar a 251 facultativos y hasta 129 enfermeras.
Los sindicatos han declarado que estarán atentos a los cambios, ya que temen una reducción de la calidad de la atención sanitaria en zonas rurales, donde el número de trabajadores disminuirá. Además, existe el riesgo de que la reestructuración conlleve un exceso de trabajo para los profesionales de las zonas donde se produzcan los traslados.