La Comunidad de Madrid ha declarado que el sistema supone "la primera experiencia de estas características en Europa" y cuenta con un punto de autodispensación de fármacos, similar a un cajero automático, que el paciente activa mediante una receta que el autodispensador lee por medio de un código de barras.
El sistema selecciona el medicamento prescrito y lo pone a disposición del enfermo, cuyo seguimiento farmacoterapéutico "está garantizado".
El enfermo podrá acudir personalmente a la consulta de atención farmacéutica cuando lo requiera o cuando se produzca algún cambio en su tratamiento o situación clínica.
Varios robots se encuentran conectados a la prescripción médica electrónica, que dispensan el medicamento recetado por el médico y lo distribuyen a través de cintas transportadoras "en menos de 40 segundos".