El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha admitido este miércoles en el Debate del Estado de la Nación que la situación económica de España sigue siendo "difícil", que no puede hablarse de "brotes verdes" pero que su Ejecutivo ha evitado el "naufragio" y la "ruina" del país.
El jefe del Ejecutivo arrancó su discurso en el Debate sobre el estado de la Nación con el dato del paro: 5.965.400 personas, un "drama" y "una dura realidad" que, le obliga a que "el primer y más esencial" objetivo de su Gobierno consista en dar la "vuelta" a esta situación.
Con esa cifra récord de paro, ha rechazado que pueda hablarse en este momento de brotes verdes en España. "Nada de brotes verdes ni nubes pasajeras ni anticipos primaverales. La realidad social y económica de nuestro país es terriblemente dura y sobre esa base tenemos que cimentar nuestras actuaciones", ha aseverado y pese a esto, "hemos cumplido una doble tarea: evitar el naufragio que amenazaba nuestro país y, sin perder un minuto, iniciar todas las reformas que exigía nuestro sistema productivo", ha añadido Rajoy.
"He cumplido con mi deber"
Rajoy ha vuelto a su burladero habitual recordando la alta cifra de déficit con la que “se encontró” al llegar al Gobierno, una herencia que le "obligó" a realizar ajustes impidiéndoles cumplir con los compromisos electorales con los que se presentó a las elecciones generales de 2011.
Con ese panorama que dejó el PSOE, tiene "gracia" que se le reprochara que dejara de lado sus promesas electorales y que no creara empleo pese a que España estaba en "recesión".
"No me ha sido posible cumplir con alguno de mis compromisos electorales porque he tenido que cumplir con mi deber como presidente del Gobierno", ha proclamado. “De lo que no se habla es de los sacrificios y sufrimientos a los que habríamos estado expuestos si el Gobierno no hubiera cambiado el rumbo de las cosas"- ha añadido.
En este primer año de Gobierno hemos tenido que tomar medidas "muy duras" pero por mucho que lo fueran, "no lo podían ser tanto como que no se tomara ninguna".
No hace falta "mucha imaginación" para suponer lo que habría ocurrido en España si no toma esas medidas y "basta con mirar" a lo que ha ocurrido en otros países. Elegimos esta senda para no caer en "un agujero de renuncias, estrecheces y desempleo permanente" y “no sucumbir ante la crisis”. “Cumplimos con nuestro deber", ha asegurado.
Nadie apostaba por España
Esta tarea "no ha sido fácil ni agradable" y "no lo ha entendido todo el mundo"- ha señalado para añadir que "de los que nos contemplan desde fuera, nadie apostaba por España hace un año, pero hoy nadie piensa que España no podrá salir adelante", ha resaltado.
Para Rajoy, ésta es "la diferencia que va del 2011 al 2013", ya que ha defendido que en este último año las medidas adoptadas por su Ejecutivo han "dejado atrás la inminencia constante del desastre" y el país comienza ahora "a ver despejada la senda del futuro".
Y aunque todo esto parece recordarnos mucho a Zapatero en otras ocasiones, ha reconocido que es "muchísimo lo que queda por hacer" antes de sentirse "satisfecho". Por lo que no habrá ni un minuto de sosiego y relajación contra la crisis.
"Hemos superado una etapa trascendental, la más difícil. Me alegra poder decirlo porque era muy importante que los españoles pudieran comprobar que los sacrificios no se hacen en vano", ha apostillado.