El subdelegado, Arturo Barral, ha recibido al presidente de la Federación Abulense de Hostelería, Víctor Gómez, al que han arropado decenas de personas en una concentración pacífica, en la que ha primado la seguridad, siguiendo al milímetro todas las medidas sanitarias impuestas por el Ministerio de Sanidad.
La reivindicación no era otra que la que dicta la pura lógica: "Sin la hostelería, Ávila se muere", y no es para menos. Es uno de los sectoras más afectados por las medidas de contención del coronavirus acordadas por la Junta de Castilla y León, y "las ayudas no llegan".
Pese a que las restricciones a la hostelería se han sucedido a lo largo y ancho del territorio europeo, en otros países sí se ha salvaguardado la continuidad de los negocios que han tenido que echar el cierre para ayudar a frenar la propagación del Covid-19, con todo tipo de ayudas y exenciones de impuestos que, a pesar de llevar ocho meses con el problema encima, prácticamente no se han planteado ni llegado a un acuerdo en España y, por ende, a nivel local.
Volviendo a la concentración de este jueves, tras hacer parada en la Subdelegación del Gobierno, se ha trasladado a la Plaza del Mercado Chico, frente al Ayuntamiento de la ciudad, donde el propio alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, ha recibido a los asistentes para comunicarles que desde el Consistorio ya se ha pedido a la Junta la reapertura de la hostelería, poniendo en valor algunas medidas tomadas como la exención de la tasa de terrazas, a la vez que se escuchaban quejas entre los asistentes.
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