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Jorge Molina Sanz

10/11/2018@17:22:13
Hoy mi viejo marino llegó al café con un archivador con toda la documentación de su casa: escritura de compra, pagos de impuestos, de notaría y registro; más todos otros pagos como tasación, gestoría, licencia de primera ocupación. En fin, todo un archivador.

Apenas le habíamos dado un primer sorbo al café cuando mi viejo marino, siempre ojo avizor, me indicó algo alterado…

Cada día me apasionan más los momentos que paso con el viejo marino en mi aldea. En esas tertulias siempre tengo la oportunidad de conocer interesantes historias, contar con un punto de vista original y una perspectiva diferente.

Esta mañana al café con mi viejo amigo se sumó una amiga, divertida, inteligente, vehemente y buena conversadora.

Me cuentan que la historia de Mariano comenzó en la playa de mi aldea. Todas las mañanas solía pasear junto a la orilla, a paso ligero, dejando que la resaca de las olas mojase sus pies descalzos.