Manuel tiene que mudarse a la casa de su hijo Mario (Gustavo Salmerón) y la familia de éste después de que un terrible suceso acabe con la vida de su anciana mujer.
En la oscura y futurística ciudad neo-victoriana de Burge, una serie de sucesos harán que la fantasía negra se mezcle con la realidad. Burge se ha convertido en un refugio para las criaturas de fantasía que han huido de sus respectivos mundos asolados por la guerra.