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“¡Viva la carne poco hecha (de político)!”
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“¡Viva la carne poco hecha (de político)!”

Por Ramón Rodríguez Casaubón
miércoles 14 de julio de 2021, 14:11h

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Creo que Pedro Sánchez se equivocó al expresar que le gustaba la carne al punto, tanto porque desautorizaba injusta y cruelmente al ministro Garzón, que no hizo sino verbalizar una obviedad (otra cosa es el momento y su puesta en escena), como porque su remodelación de Gobierno ha demostrado que le gusta cruda.

“A mí, donde me pongan un chuletón al punto…, eso es imbatible”, expresó Sánchez cuando en realidad quiso decir: “¡Solo puede quedar uno y ese uno soy yo!”. Como en “Los Inmortales”, pero él no pertenece al clan MacLeod y mucho me temo que esta será su última jugada de mercadotecnia política. En unos años lo sabremos.

Tras el “Carpaccio” italiano o el “Tartare” francés nuestro presidente ha inventado el “Ivanopaccio” o el “Calvare”, aunque para otros lo que ha hecho es directamente un acto de canibalismo, político, ¡eso sí!, con Calvo, Ábalos y Redondo como platos principales.

Analicemos los ingredientes de la receta carnívora y carnicera de Sánchez.

Hace unos meses un par de chefs al limón enseñaron a Sánchez cuál era el camino de salida de La Moncloa. Fueron dos reputados cocineros de la “Nouvelle cuisine neoliberal fascista” para otras la “New cuisine aznariana trumpista”: Miguel Ángel Rodríguez y, su más aventajada alumna, Isabel Natividad Díaz Ayuso.

Sánchez, que por aquel entonces creía estar asesorado por el gran oráculo de Delfos, constató como tras el “Murciagate” y la campaña madrileña puesta en manos de monseñor Gabilondo, su proyección de mantenerse en el poder en 2023 se antoja inviable.

Las encuestas, absolutamente dirigidas pero que sí pueden ser consideradas como una muestra de “la posibilidad de…”, no le permiten sumar ni con Unidas Podemos ni con los nacionalistas. Mientras, sí se lo permite a PP y a VOX, que lo mismo son.

Ante este panorama Sánchez decide dejar sus clases de alta cocina y regresar a las tradiciones ancestrales, antes de que se descubriese el fuego, ¡la carne cruda!

Redondo, que dijo que se “tiraría por un barranco” por Sánchez en una comparecencia ante la Comisión Mixta (Congreso-Senado) de Seguridad Nacional, no ha necesitado hacerlo, ¡le han empujado! Analicemos por qué es factible llegar a esta conclusión: Si es cierto que estaba al servicio de Sánchez y haría todo por él, parece entonces poco factible que le ofreciese en varias ocasiones ministerios y éste se lo negará a su muy adorado Sánchez. Pues de ser así mintió en la Comisión Mixta. Partiendo de que no mintiera entonces solo nos queda la hipótesis de que Iván Redondo hubiese solicitado ser Ministro de la Presidencia, algunas fuentes indican que fue una exigencia, y que Sánchez decidiese que, ¡basta ya de aguantar a este independiente que viene de asesorar al PP! Eso sí, ayudado por Carmen Calvo, que supeditó su salida a la de Redondo por el bien del PSOE y por su manifiesta enemistad mutua. El primer ingrediente del “Ivanopaccio” de Sánchez está puesto. Continuamos.

Carmen Calvo muy desgastada en sus pugnas, a veces pueriles a pesar de la edad, con las ministras de Unidas Podemos es un daño colateral. Pero no por la relación del Gobierno de Coalición sino de la personalidad de Sánchez que no permite que nadie le haga sombra y menos de cara al próximo Congreso de octubre. No es que Calvo pudiese o pretendiera hacerle “la cama” a Sánchez, es tan solo que a él no le gustan los teloneros y la salida de Calvo le venía como excusa perfecta para deshacerse de Redondo. Segundo ingrediente.

El tercer ingrediente es el control total y absoluto del partido, del PSOE, como si no tuviera ya bastante control sobre él Sánchez. Pero nunca parece ser suficiente. Ábalos sale porque cualquiera que conozca al exministro sabe que esta afrenta de Sánchez será respondida con su marcha de la Secretaria de Organización del PSOE. Sánchez pone en su lugar a Santos Cerdán, a quien “controla” y no le hace competencia mediática como ha hecho involuntariamente Ábalos. La reacción del exministro en el acto de traspaso de cartera deja muy claro que se siente traicionado por Sánchez y que no esperaba esta resolución. Lo que solo puede indicar dos cosas, o que no conoce la personalidad de Sánchez que ha convertido al PSOE en un partido cesarista, o que confiaba demasiado en su propia capacidad.

El “Ivanopaccio” lleva algunos elementos sazonadores que pasamos a definir:

- González Laya cae por “petición” de Marruecos. Su sustituto como ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, no ha tardado ni un segundo en hablar públicamente de tender puentes en especial con nuestro “gran amigo” Marruecos. Se ve que no ha escuchado a Manu Pineda en el Parlamento Europeo, si bien es comprensible la actitud de Albares. Aunque especifique nítidamente la fortaleza internacional de España.

- Miquel Iceta se lamentaba hondamente por dejar el Ministerio de Política Territorial, aunque lo pasen a Cultura. Desconozco si desde las Olimpiadas de Japón podrá participar, aunque sea por videoconferencia, en “la mesa de diálogo”. Parece incomprensible que el primer secretario del Partido de los Socialistas de Cataluña sea apartado de la función para la que llegó: conseguir un diálogo fluido y una negociación fructífera con las fuerzas independentistas en el conflicto catalán. Algún mal pensado podría elucubrar que Sánchez pretende que, tras los indultos, la situación en Cataluña se agrave e intentar atraer a los “centristas” votantes de Ciudadanos que en masa se han ido al PP y a VOX. Total, la sucesora de Iceta, Isabel Rodríguez, ex alcaldesa de Puertollano, Ciudad Real, y nacida en Abenójar, Ciudad Real, seguro que tiene la experiencia necesaria para lidiar con el tema catalán y más teniendo en cuenta que es pupila y protegida de un “catalanista acérrimo” como es García-Page. En breve sabremos si mi ironía es injusta.

- Isabel Celaá, Pedro Luque, Juan Carlos Campo, José Manuel Rodríguez Uribes, son como los pétalos de flores que se ponen para adornar los platos pero que cumplen una doble función, son a la vez decoración y nutrición. En este caso prescindibles, y casi siempre lo fueron. Estos son los últimos ingredientes del “Ivanopaccio”.

Resumiendo, el “Ivanopaccio” se sustenta en la personalidad del presidente del Gobierno, apoyado en la necesidad de controlar un PSOE que no estaba demasiado contento tras los últimos fiascos electorales. Se adereza con municipalismo, pues las municipales serán antes de las Generales (a priori), juventud y feminismo, pero falta lo principal, que es colocar a los ingredientes adecuados en su posición exacta. Y parece ser que eso no ha sido así. Por otra parte, Sánchez desea tanto, pero tanto, ser la única estrella del firmamento, tras la partida de Iglesias, que es capaz de sacrificar cualquier cosa por ser el protagonista absoluto. Y creo que, a pesar de los fondos europeos, se ha sacrificado hasta sí mismo por su narcisismo y aún no es consciente de ello. 2023.

“No me libres de mis enemigos sino de mí mismo” - ePifiaste (1, 20-23)

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