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OPINIÓN

El estado del estado (XXXXIV): Por qué fracasó el marxismo (4)

Carlos González | Sábado 26 de septiembre de 2020
Yony, cuando llega a puntos como este sabe que siempre debe explicar lo de la, “Tarta”. Cualquier tema sociológico ha de analizarse como los componentes de una tarta: un 30% de esto, un “20% de aquello y un posible 2% de un ingrediente menor.

En el tema del fracaso del Marxismo han intervenido, como en muchas otras ideologías, varios componentes. Vistos desde el análisis técnico de los conocimientos de la Biología, Psicología y Sociología humana, el marxismo fracasó, entre otras, por las siguientes cuestiones mayores:

  • Mundo cerrado, estático.- No se produjo avance alguno en el planteamiento psicológico-social. Se incurrió en los mismos presupuestos de cualquier religión anterior, y más aún en los del Cristianismo, del que procedía. Se concebía el mundo como una foto estática. No se podía mover nada que se saliese de esa concepción sin evolución. Se pretendía alcanzar el Cielo aquí, en la Tierra, pero no se pensó en solución alguna para cuando ya se estuviese en él. Una vez alcanzada la comida, casa y educación y sanidad –algo en lo que no se disponía antes ni por asomo- ahora surgió la pregunta famosa, “¿Y ahora qué?”. Ahí es donde se demostró que era un mundo estático, no se había pensado, y menos previsto, que cuando las masas ya estuviera alimentadas, formadas y sanas, ahora querían… Más. Los pensadores, políticos y élites pararon el mundo con la máxima represión mientras pudieron, una vez impotentes, se derrumbó todo ante el arrastre de las masas.
  • Fracaso al querer parar la creatividad humana.- intentaron, como siempre hasta ese momento histórico, impedir el pensamiento humano. El mundo y sus problemas ya estaba pensado. Marx y los suyos ya lo habían esbozado y previsto todo, cualquier otro pensamiento, y mucho más aquellos que pudieran conllevar la más mínima crítica, debía ser extirpado de raíz. ¡Cómo alguien osaba oponerse a la verdad Divina! El que lo hiciera debía ser apartado. ¿No habían los judíos matado al propio Cristo –pese a ser Dios- por discutir la verdad de la Torá? ¿No tuvo que huir Mahoma a Medina y luego volver y exterminar a los que dominaban el cotarro porque este se había opuesto a la verdad imperante? ¿Es que ya se había olvidado que las autoridades cristianas de todo tipo ya desde el 386 D.C. habían quemado a herejes por doquier, incluso el Santísimo Papa había proclamado una cruzada interior para exterminar a los Cátaros –seguidores cristianos- y fueron quemados hombres mujeres y niños, vivos, en el castillo de Monfort, en el pirineo Aragonés, después de matar al legítimo rey, Pedro I, héroe de Las navas de Tolosa contra los sarracenos (1.212), y padre de Jaime I el Conquistador? Por supuesto que sí. Por ello las élites marxistas debían exterminar a todo aquel ingenuo y presuntuoso que se le ocurriera pensar de otra manera a como le decían que debía hacerlo. Dentro del marxismo pensar y crear estaba prohibido. Y fracasaron porque, frente a esto… Proclamó en verso Miguel Hernández, uno de sus defensores “Quién ha puesto al huracán/ jamás ni yugos ni trabas,/ ni quién al rayo detuvo prisionero en una jaula?./ Yugos os quieren poner/ gente de la hierba mala,/ yugos que habéis de dejar/ rotos sobre sus espaldas”. Y esto es lo que hizo el avance de la humanidad con el marxismo, y lo hará con cualquier ideología totalizadora. Leer “Nostalgia del absoluto”, de George Steiner.
  • El Marxismo fracasó porque no tenía la más mínima idea de avance en sus planteamientos. En el momento en que personas honradas quisieron mejorar su mundo, estas fueron vistas como opositores ideológicos y políticos y la única salida era acusarlos de cualquier cosa: Contra-revolucionarios, Revisionistas, Zaristas o Capitalistas, y por ello la transparencia desapareció. El razonamiento y los planteamientos “Lógicos” desaparecieron. Cualquier propuesta para mejorar lo que todo el mundo veía que estaba mal –como sucede en toda sociedad- era vista con recelo.

Fracasó… Porque en el Marxismo, ya… Según sus ideólogos… ¡Todo era perfecto!

Sobre el autor

Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El Sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados, de editorial, Letras de autor.

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