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OPINIÓN

El estado del estado (XXXXII): Puntos fuertes del marxismo (2)

Carlos González | Martes 22 de septiembre de 2020
Para Yony, entre otros, uno de los puntos fuertes del Marxismo es que, precisamente, tal como había fijado el Cristianismo en aquellas ideas, “todos somos iguales ante Dios”. Y esto es que lo intentó llevar a la práctica políticamente.

No hay diferencias en nuestras “Almas”, por ello no puede haber ninguna diferencia entre ciudadanos de un estado. Se acabaron las aristocracias de nacimiento, incluso las diferencias “Burguesas” creadas por el dinero de la cuna en la que se nace. Según la plasmación política del marxismo todos debemos ser en principio iguales para la asistencia a la educación del estado, y nos ganaremos nuestro futuro puesto en el organigrama del mismo en función a ese rendimiento personal que con nuestros estudios y exámenes demostremos.

Ese fue, además, el mejor gancho para ganarse a todas las masas, o a la gran mayoría, la idea de que el futuro estado no establecerá diferencias entre sus ciudadanos. Todo el mundo desea que le traten igual y no como un inferior, algo que los anteriores sistemas políticos si establecían. Lo hacían tanto los directamente aristocráticos como los censitarios, donde ya se clasificaba a los habitantes y a su prole en función al Censo económico de la familia. De esta forma, consciente o inconscientemente, todo el mundo se apunta a esa ideología porque le garantizaba su participación directa en esa futura sociedad en términos de igualdad de salida.

Otro de los puntos fuertes es que precisamente, si cada ciudadano, independientemente de su familia de nacimiento, debe estudiar, de esta forma se garantiza educación para toda la población sin exclusión. Ello conlleva a que ese estado será mucho más rico en recursos humanos porque la formación de su población será muy superior a cualquier otro estado. Piénsese que en el siglo XIX había estados de Europa donde el 80% de su población era analfabeta, porque el acceso a la educación para esas capas de la sociedad era prácticamente imposible.

Un nuevo punto fuerte era el de la sanidad, si el estado necesitaba a todos sus ciudadanos es imprescindible que los mantenga sanos. Con ello las clases desfavorecidas se sentirán protegidas porque ya no morirán de enfermedades o accidentes por no disponer de dinero. Además muchas familias con cierto capital comprobaban que una enfermedad crónica de un miembro importante de la misma podía causar su ruina económica.

Si nos situamos en aquel momento histórico observamos que hasta después de la primera guerra mundial la gran parte de la población no contaba para nadie, unos eran simples siervos de la gleba, aún, otros aparceros sin posibilidad de participación política alguna, la gran mayoría masas de obreros que bastante tenían si podían comer todos los días, por ello el marxismo y todas esas ideas le ofrecían -aunque fuese en teoría- el ser alguien con cierta dignidad en ese futuro estado. Por eso quizá el punto más fuerte fue el ofrecer la posibilidad de ser una persona, un simple ciudadano, pero para más del 80% de la población eso era empezar a vivir socialmente. El punto más fuerte del Marxismo es que, por primera vez en la historia, de forma política y social, se ofrecía a los files impregnados del Cristianismo, el ser personas y no vivir a las órdenes y la dependencia absoluta del señor feudal, del burgués, o del Cacique de turno.

Sin olvidar que al prometer la dependencia del estado a efectos de trabajo y comida se volvía a la misma Iglesia Católica antes de la reforma de Benito de Nursia. Lo que en el fondo deseaba cada ciudadano -futuro socialista o comunista- era poder acudir al refectorio al menos una vez al día, porque las hambrunas sí que estaban en esos tiempos garantizadas para más del 50% de la población.

Resumiendo, Yony ya lo sabía pero demuestra a los lectores de su informe que lo que el Marxismo traía, y por eso obtuvo tanto seguimiento, era que permitía la supervivencia física y en teoría social para todos los ciudadanos. Esto fue apreciado incluso por los contrincantes y detractores, porque para hacerle frente a la propagación del marxismo todos los regímenes del mundo proclamaron la educación, la sanidad y el voto de forma universal. De lo contrario todos los habitantes dejarían el capitalismo y otros sistemas para apuntarse a este.

Esos puntos fuertes ya los aplica cada estado, por influencia del Marxismo, tenga la ideología política que tenga, en la actualidad.


Sobre el autor
Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son ‘Luz de Vela’, ‘El club del conocimiento’, ‘La Guerra de los Dioses’, ‘El Sistema’, y de reciente aparición ‘Psicología de virtudes y pecados’, de editorial, Letras de autor.

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