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OPINIÓN

¿Qué pasa en Cataluña? (V): El mundo del conocimiento

Mitos modernos

Carlos González | Lunes 27 de julio de 2020
Defiendo en todos mis artículos que, hoy, debemos abandonar de una vez por todas el mundo de los Mitos, y entrar de lleno en el mundo del conocimiento. Ya se habla a todas luces de, la sociedad del conocimiento. Es hora ya de aplicarlo al mundo social de las conductas, del derecho, y sobre todo, de la Política.

Los mitos y las creencias propias están muy bien para el ámbito privado de los sentimientos personales, y también para saber de dónde venimos, pero si queremos convivir con los demás, en el ámbito público, no nos queda más remedio que articular toda esa convivencia, con sus múltiples e intrincadas relaciones, en base a conocimientos de la Naturaleza y de nosotros mismos como parte inseparable que somos de ella.

Cuando analizamos a los seres humanos sabemos que es un animal de grupo, y entorno al mismo, nacen todos nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestra conciencia y nuestra conducta en función a la posición que ocupemos en ese grupo. Nosotros creemos que pensamos lo que queremos, hoy ya sabemos que eso es totalmente falso, nuestro cerebro, en función a nuestros intereses –incluso ocultos para nuestra conciencia- toma esas decisiones por nosotros, igual que decide por nosotros que nuestros pulmones respiren o nuestro corazón lata al ritmo adecuado y necesario.

Los conocimientos de la Psico-Biología Humana ya nos demuestra que nadie “razona nada” lo que hacemos –por afectos a los nuestros- es adherirnos a un bando concreto, seguimos a un Líder que nos convence, y apoyamos y tomamos ejemplo de unas personas de ambos sexos a los que consideramos élite. Les obedecemos en tanto nos convenzan, cuando pierden nuestra confianza seguimos a otros. Así de simple.

Lo segundo que ya sabemos es que todos los miembros de ese Grupo Social Organizado –organizados están todos porque de no estarlo no existirían. Organización hay en una tribu de treinta miembros con su líder al frente sus machos Alfa y la defensa de las hembras y las crías, si no hubiese “organización” no nacerían y sobrevivirían- lo que desean desde la infancia es ocupar los máximos puestos al frente del grupo siguiendo miméticamente el comportamiento de los que ellos creen los líderes naturales. Igual que todos los niños quieren ser Messi o Nadal.

Todas las creencias que adquieran esos niños de ambos sexos serán los que impriman sus mayores en sus cabezas, exactamente igual que un libro o un disco, llegada la mayoría de edad repetirán lo grabado como lo que somos, unas cacatúas. Cuando hay más en nuestras cabezas es por la formación extra de leer libros extranjeros, viajar, trabajar con extranjeros, etc.

Lo que se produce en la mente del chaval es una elección que hace su cerebro por él o por ella: adherirse a ese bando y ser un empollón, un fanático. O, por el contrario, alguien al margen, e incluso, un rebelde frente a esa sociedad, a ese sistema. Desde ese momento solo hará una cosa, buscar todos los razonamientos, lecturas y experiencias que le refuercen en sus sentimientos de adhesión, o para defenderse de los contrarios.

¿Por qué seguimos a un líder? Porque el sentimiento primario de un Ser Humano es el de Seguridad. Seguimos a alguien que nos ofrece esa defensa frente a los depredadores y enemigos. Que nos infunde un sentimiento de fuerza y alcance de objetivos. Lo mismo se puede decir de nuestro segundo sentimiento, el de obtener alimento. Seguimos un Liderazgo porque nos ofrece dicha subsistencia. Porque nos permite ser eso tan criticado a veces, “un estómago agradecido”.

¿Qué pasa con las Élites? Que consideramos a unos/as los mejores y les encumbramos y son el ejemplo a seguir. Desde Aquiles al Cid, pasando por Descartes o Camus, y ahora los deportistas, son aquellos que están al frente de ese grupo social organizado. Marcan el rumbo del grupo, lo protegen, le facilitan comida, trabajo, posible ascenso económico y social y son los que están –y casi siempre lo designan- detrás del líder físico y marcan el seguimiento de las creencias y costumbres importantes que dan coexistencia a ese grupo social organizado.

Todo aquel que ya pasó a la vejez, o es joven y aún no ha llegado, está fuera de la jerarquía y no será élite, es un gobernado, administrado, o pueblo llano como algunos le quieren llamar.

Estos son los conocimientos objetivos de cómo funcionamos, cómo funciona cualquier individuo y cómo actúa cualquier grupo social. Este es el esquema básico pero indestructible de cualquier civilización, grande o pequeña, rica o pobre, antigua o moderna y en todos los lugares geográficos y épocas históricas. Así somos.

En los próximos artículos trataré de aplicarlo al estudio de '¿Qué pasa en Cataluña?'.

Sobre el autor

Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados.

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