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OPINIÓN

Del kaos al logos (XXXXX): Juego entre el 'Yo y Los Demás'

Carlos González | Miércoles 18 de marzo de 2020
Un Conocimiento claro y completo de Psicología, tanto individual como grupal, y de Sociología, que debemos manejar en cada supuesto que analicemos a un individuo o a un Grupo Social, es el de tener siempre presente, con sus grandes y profundas implicaciones, que todo el juego social es una relación constante entre el “Yo y Los Demás”. Y que como animal de grupo que somos siempre estaremos inmersos en esas constantes.

Si miramos hacia atrás con el fin de aprender, comprobamos que todo lo que se denomina “La educación”, que en todas las culturas y en todos los momentos históricos se ha impartido a los infantes y alumnos, no es más que el conjunto de normas y reglas que regulan la relación de esos mismos niños con todos los otros individuos, y su respeto al grupo y a su organización, no solo ahora sino en todos los momentos de su vida, y ocupen la posición que ocupen.

Ya sabemos que todas las religiones y filosofías no han hecho otra cosa que estudiar y pretender regular las relaciones del yo con los demás. Ellos lo han hecho de forma instintiva, inconsciente, sin saber que estaban ante un conjunto de conocimientos que como tal debían ser trasmitidos. Han trabajado tanto con el comportamiento individual como el grupal, y también en cómo debe comportarse la autoridad al decidir sobre el grupo. Nosotros, ahora, que ya dominamos todas esas técnicas tanto de psicología individual como grupal, si manejamos el conocimiento de las implicaciones que acarrea toda esa actividad vital, veremos que podremos dominar, con unos supuestos racionales, las técnicas que nos lleven a regular lo mejor posible todo ese comportamiento tanto del individuo como de los grupos. Pero ya de forma consciente, como si de un verdadero médico se tratase deseando curar a un enfermo, o queriendo erradicar o controlar una epidemia social.

Ya sabemos que tanto los criterios teológicos, los dogmas religiosos, los planteamientos ideológicos y todos los estudios científicos sobre el orden social, no están dirigidos a nada más que a estudiar, comprender y después establecer las reglas, que nos resuelvan esa relación constante e imperecedera entre el “Yo y Los demás”, y con ello nos proporcionen el mejor equilibrio social, producto de que esos conocimientos científicos nos lleven a ordenar con los mejores resultados posibles la convivencia y supervivencia de ese individuo y de ese grupo social organizado, que, precisamente, se organiza con esos criterios religiosos, ideológicos o en nuestro caso, ya, racionales y técnicos. Estos nos llevarán a establecer una buena “Técnica Social”.

Ya se acabaron los Mitos y la Magia, todos los criterios religiosos e ideológicos fueron un intento inconsciente de ordenar y regular toda la vida social. Establecían como se debe comportar el individuo y cómo se deben comportar los grupos sociales menores y las autoridades que toman las decisiones generales del grupo. Nosotros, ahora, teniendo siempre presente este criterio, estudiaremos, extraeremos conocimientos, y aplicaremos las mejores técnicas de organización social y de comportamiento tanto individual como colectivo de forma científica. Con criterios racionales. En base a esa actuación estudiada sabremos donde fallamos y que medidas debemos corregir. Más aún, de esa forma iremos aprendiendo a través del viejo mecanismo, prueba y error, como corregir nuestros errores y perfeccionar las reglas sociales de forma científica.

Ya aceptamos que somos un animal de grupo. Debemos obtener los mejores conocimientos posibles de qué sentimientos dominan la relación del individuo con el grupo, sus necesidades, ilusiones y posibles frustraciones, así como lo que el grupo espera del comportamiento de ese individuo. Debemos dominar los conocimientos de todas estas relaciones e implicaciones. Solo de esa forma podremos regular de forma técnica y científica el comportamiento tanto individual como del funcionamiento de todo el grupo en todas las implicaciones de interrelación.

Visto con esa perspectiva científica, y ya conocedores de la cita histórica de J. F K. “No mires lo que el estado puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por el estado”. Lo que nosotros hemos de ser totalmente conscientes es que el juego de lo que llamamos vida social es el conjunto de aspiraciones del individuo respecto a los demás individuos, lo que espera y desea de su grupo social -trabajo, vivienda, educación, seguridad, sanidad, pensiones- y de lo que las autoridades de ese grupo social organizado esperan del comportamiento de sus miembros tanto a nivel individual -pagos a hacienda, códigos civil y penal- así como de su comportamiento grupal -funcionamiento de la S.A. y S. L. Y todo tipo de asociaciones y O.N.G.-.

Centrémonos en la relación del “Yo con los Demás” y veremos que tenemos resuelto el 80% de nuestros problemas sociales.

Sobre el autor

Carlos Gonzàlez-Teijòn es escritor, sus libros publicados son Luz de vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, y de reciente aparición El Sistema, de editorial Elisa.


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