Al menos 10.000 personas han muerto sólo en la provincia de Leyte, en el centro del archipiélago de Filipinas, a causa del paso del tifón 'Haiyan', uno de los más fuertes en azotar esta zona.
Según aseguraba este domingo el jefe de la Policía de Leyte, el superintendente Elmer Soria que precisaba "tuvimos una reunión la pasada noche (por el sábado) con el gobernador (de Leyte) y otros funcionarios. El gobernador dijo que, en base a sus estimaciones, 10.000 murieron".
Según Soria, entre el 70 y el 80% de las zonas por las que ha pasado el tifón 'Haiyan' han quedado destruidas debido a las intensas lluvias y las fuertes tormentas que han provocado cortes en el suministro eléctrico, deslizamientos de tierras, inundaciones y el derrumbamiento de edificios, árboles e infraestructuras.
En esta misma línea se ha pronunciado el ministro del Interior filipino, Manuel Roxas, que ha permanecido en la ciudad de Tacloban, una de las más afectadas por el temporal.
"Desde un helicóptero puedes ver la dimensión de la devastación. Desde la costa y moviéndote a un kilómetro al interior, no hay ni una estructura que se haya mantenido en pie", certificaba Roxas que lo describía como un tsunami. “No sé como describir lo que vi. Es espeluznante", añadía Roxas, que ha anunciado el envío de las fuerzas de seguridad a la zona para detener el saqueo masivo de las tiendas y establecimientos comerciales por parte de los residentes, desesperados por conseguir agua y comida.