El Gobierno del PP avala por motivos históricos (es cómo se le llamaba en la época) y léxicos (la RAE aprobó el texto) que la máscara mortuoria del dictador que se exhibe en el alcázar de Toledo se identifique con ese superlativo.
"Máscara mortuoria del Generalísimo D. Francisco Franco Bahamonde" es el texto que figura en el cartel explicativo colocado junto a ese objeto en el Museo del Ejército, ubicado en el alcázar de Toledo.
En una respuesta parlamentaria, el Gobierno justifica en motivos históricos y 'léxicos' el uso de ese superlativo que Franco se autoconcedió en una muestra más de su “megalomanía dictatorial”. Argumenta que es cómo se le llamaba en la época y debe entenderse, por tanto, como un "bagaje cultural".
Además, el Ejecutivo se apoya en la Real Academia de la Historia -la misma institución que en su Diccionario Biográfico Español aseguró que Franco fue autoritario, pero no totalitario-. Fue esa academia la que se ocupó "de la revisión de los textos" y dio su visto bueno al término Generalísimo aplicando "estrictos criterios museográficos".
Esta cuestión arranca de unas preguntas parlamentarias por escrito formuladas el pasado mes de abril por el diputado de la formación independentista vasca Amaiur Jon Iñarritu, que pidió explicaciones al Gobierno por el contenido del cartel explicativo que acompaña a la máscara mortuoria de Franco.
El Gobierno contestó sucintamente el 28 de junio con una línea: "Los paneles informativos de los museos públicos se realizan con criterios museográficos e historiográficos".
La inscripción que acompaña a la máscara mortuoria del dictador, y la propia exhibición del objeto en sí, podría cuestionarse utilizando como criterio la Ley de Memoria Histórica aprobada por el Parlamento en 2007, que exige "la retirada de menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura".