La Universidad ha perdido este curso cerca de 10.000 alumnos con beca y eso a pesar de que han solicitado esta ayuda 30.000 estudiantes más que el curso anterior. El motivo fundamental son los nuevos criterios académicos.
El empobrecimiento de las familias tras varios años de crisis prolongada a la que en muchas zonas de España parece no verse el fin, les hace merecedores de una de estas becas, pero los requisitos académicos para obtenerlas se han endurecido y ya no basta un 5, sino un 5,5 de nota media el primer año, para obtener estas ayudas o quedar exento de pagar la matrícula y para mantenerlas durante el resto de los cursos en la mayoría de las titulaciones hay que aprobar el 90% de las asignaturas en lugar del 80% anterior. Estas son las causas principales por las que se han denegado 40.000 solicitudes más que el año anterior.
Las cifras son demoledoras
Ya ningún campus supera la barrera del 60% de becas concedidas, algo que ocurría el curso pasado en al menos una quincena. El 23% de los universitarios españoles cuenta con alguna ayuda para sus estudios, frente al 30% de la media en la OCDE. El presupuesto para becas universitarias en este curso que acaba de terminar era de 1.078 millones.
Hay unos 30.000 estudiantes en toda España que se han quedado este curso con un pie fuera de la Universidad. Muchos de ellos, debido al endurecimiento de los requisitos académicos. Y así lo han confirmado los datos facilitados por las propias universidades.
En la de Las Palmas se han denegado el 60% de las becas por este motivo, cuando el año pasado eso ocurrió sólo en un 48% de los casos; la misma tendencia se ha registrado la Autónoma de Barcelona, que ha pasado del 29% al 42% de solicitudes rechazadas; y en la Complutense de Madrid (la universidad presencial más grande de España), donde se han quedado fuera un 45% de los que han pedido ayuda, frente al 28% del curso anterior; o en la Miguel Hernández de Alicante, dónde han pasado del 33% al 57%.
Subir la nota de acceso a las becas es una cuestión económica no de primar el esfuerzo
Cada vez más familias deberían poder acceder a una de estas ayudas porque se han empobrecido con la crisis, por tanto, si no se hubieran puesto otros límites el presupuesto para becas que hubiera tenido que destinar el Gobierno se habría disparado.
Las becas salario y las de residencia son las más nutridas económicamente y las dirigidas a las familias más humildes. Y el ministerio no puede negarlas, a menos que modifique los umbrales económicos exigidos. O, algo más fácil de defender, imponer otros requisitos y nada más fácil que utilizar los criterios académicos para defender que menos alumnos sean becados.