El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha anunciado la retirada de ultraprocesados en la alimentación infantil en hospitales, durante el acto ‘Plan de aceleración para detener la obesidad’. Esta medida forma parte de un Real Decreto que busca garantizar una alimentación saludable en hospitales y residencias de mayores, limitando productos con alto contenido en grasas saturadas, azúcares y sal. La normativa sigue el modelo del Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, promoviendo criterios mínimos de calidad nutricional. Bustinduy subraya la necesidad de crear entornos alimentarios saludables y responde a un creciente clamor social sobre los riesgos del consumo de ultraprocesados, asociados a problemas de salud como obesidad y diabetes.
El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha anunciado en el marco del acto ‘Plan de aceleración para detener la obesidad’, que se llevó a cabo con la colaboración del Ministerio de Sanidad y la Organización Mundial de la Salud, una significativa medida: la retirada de los alimentos ultraprocesados de los menús destinados a niños y adolescentes en hospitales.
Este anuncio forma parte de un Real Decreto que busca garantizar una alimentación saludable no solo en hospitales, sino también en residencias de mayores. Además, se prevé limitar la inclusión de ultraprocesados en las cafeterías y comedores abiertos al público en estos centros. Esta normativa se alinea con el Real Decreto sobre Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, aprobado por el Gobierno en abril de 2025, que establece que las comidas en colegios e institutos deben cumplir con las recomendaciones sanitarias emitidas por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Estatal de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
El nuevo decreto también establecerá criterios mínimos de calidad nutricional y sostenibilidad para guiar la contratación y oferta de alimentos y bebidas en hospitales y residencias. Según el Ministerio de Consumo, los productos que serán limitados son aquellos ultraprocesados caracterizados por su compleja formulación industrial, altos niveles de grasas saturadas, azúcares o sal, incluyendo snacks, bollería industrial y bebidas azucaradas.
Bustinduy ha enfatizado que esta normativa responde a una demanda social respaldada por la comunidad científica. Ha señalado que el aumento del consumo de ultraprocesados representa una amenaza para la salud pública: "El consumo creciente de estos alimentos es un riesgo sistemático para nuestra salud, equidad y sostenibilidad ambiental", declaró.
El ministro subrayó la necesidad del liderazgo del sector público en la creación de entornos alimentarios saludables. "Es incomprensible que no exista control sobre estos alimentos cuando hay tanta evidencia sobre sus efectos negativos", afirmó Bustinduy. Además, destacó que el ministerio tomará un papel pionero en esta área, alineándose con las recomendaciones internacionales para facilitar decisiones alimentarias saludables.
Un análisis publicado por The Lancet el pasado 18 de noviembre de 2025 advierte sobre el incremento del consumo de ultraprocesados como una creciente amenaza para la salud pública. Este estudio asocia su ingesta regular con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. En España, se ha triplicado el consumo de estos productos en solo dos décadas.
Organismos como la OMS y UNICEF han instado a los gobiernos a tomar medidas urgentes frente a esta problemática. Destacan que el crecimiento global de los ultraprocesados representa un desafío significativo para la salud infantil y promueven políticas más estrictas para asegurar entornos alimentarios saludables. Los hospitales y escuelas son considerados ámbitos prioritarios para implementar estas regulaciones.
Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, anunció que se retirarán los ultraprocesados de los menús ofrecidos a niños y adolescentes ingresados en hospitales como parte del Real Decreto para garantizar una alimentación saludable.
Se limitarán aquellos productos de formulación industrial compleja, con ingredientes transformados, aditivos y perfiles nutricionales altos en grasas saturadas, azúcares o sal, incluyendo snacks, bollería industrial, bebidas azucaradas y galletas industriales.
El objetivo es establecer criterios mínimos de calidad nutricional y sostenibilidad en la contratación y oferta de alimentos en hospitales y residencias de mayores, siguiendo las recomendaciones de organismos como la OMS.
El ministro destacó que esta normativa responde a un clamor social y científico sobre los efectos negativos del consumo creciente de ultraprocesados en la salud pública y la necesidad de crear entornos alimentarios saludables.
Un análisis publicado por The Lancet indica que el consumo habitual de ultraprocesados está asociado con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad prematura, además de un desplazamiento hacia dietas menos saludables.
Organismos como la OMS y UNICEF han hecho un llamado urgente a los gobiernos para implementar políticas ambiciosas y regulaciones estrictas que aseguren entornos alimentarios saludables para proteger la salud infantil.