);

OPINIÓN

Justicia poética, ¿o será política?

(Foto: Congreso).
Ramón Rodríguez Casaubón | Sábado 13 de enero de 2024
Atendiendo a las declaraciones de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social o de los portavoces sumarianos sobre la venganza, “uuuuuhhhh” la venganza de Podemos, no sé si hablar de justicia poética, del Karma, de que “uno recoge lo que siembra” o simplemente de la lógica de la política cuando no se traicionan los valores. Me quedo con lo último: Podemos no participa de recortes sociales ni abandona a los más vulnerables.

Al final, antes que después, se aprobará el decreto rechazado porque Sánchez presionará a Yolanda para que retire las medidas calviñistas que pretendía implementar. Tal y como conciben la política desde Sumar es lógico que hablen de venganza e intenten vender el relato, tipo “errejonista”, a la par que hacer uso de la sensiblería y alguna expresión en gallego. Yolanda es así, o lo que es lo mismo, Sumar es así. La realidad es que la política está para ayudar realmente a la gente, no solo para decirlo una y otra vez como hacen los sumarianos. Hay que demostrarlo. Y eso significa no tener que recortar derechos a colectivos vulnerables como son los parados mayores de 52 años. Se quería retroceder respecto a uno de los derechos adquiridos gracias a la acción de Podemos. El decreto tiene cosas positivas, pero eso no debe implicar castigar a estas personas que además de cobrar muy poco, 480 euros, verían como repercutiría negativamente en su futura pensión. Por lo que efectivamente hablaríamos de recortes.

Con respecto a la insistencia del presidente del Gobierno en buscar votos debajo de las piedras, decir que las únicas piedras son las que está regalando a las derechas al dejar que Junts intente humillar continuamente a los españoles. Ahora mismo Sánchez no busca votos debajo de las piedras, sino que está subordinado al nacionalismo burgués y racista catalán que representa Puigdemont. El PSOE trasladó a España entera desde Europa que el acuerdo con Junts era de legislatura y no solo de envestidura. La sesión del Congreso en el Senado dejó muy claro que no es así, al menos hasta la celebración de las elecciones catalanas.

Yolanda presume cada vez que puede, e incluso cuando no, de su capacidad para el diálogo y la negociación, entonces lo que es evidente es que no tiene ninguna intención de dialogar, ni negociar con nada que desprenda una luz morada por tenue que sea.

Hoy día cualquiera es testigo, y por consiguiente conocedor, del desprecio con el que Yolanda trata a Podemos.

Vimos lo que ocurrió en la Feria de Abril y en las elecciones andaluzas, lo mismo que ha intentado en Galicia pero que ha parado la militancia de Podemos. La generosidad de Podemos se ha manifestado siempre y desde el primer instante. Los diputados de Podemos votaron la investidura de Sánchez a cambio de nada y siendo perfectamente conocedores de que lo siguiente era echar a Podemos del Gobierno al que había pertenecido hasta entonces. Por si no bastara, la glamurosa gallega apartó a los morados de poder ejercer cualquier responsabilidad en el grupo parlamentario, les arrebató las portavocias y les retiró la firma para evitar que pudiesen presentar iniciativas parlamentarias propias. Supongo que tanto hablar de venganza es porque “cree el ladrón que todo el mundo es de su condición”.

Que Sánchez señale que hay partidos políticos que se miran el ombligo es para recordarle el refranero que tanto le gusta sacar a pasear por lo de “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio” Le recordaré las palabras del niño del Sexto Sentido: “en ocasiones veo muertos” Pedro y Yolanda creían haber defenestrado a Podemos y en el comienzo de la legislatura han podido comprobar que si “huele a muerto” en el hemiciclo quizás venga del lado de Sumar. ¿Estamos ante el principio del fin de Sumar? Ya se verá, pero desde luego sí que estamos ante la primera derrota política de Yolanda Díaz y sabemos lo que hace Sánchez con quienes dejan de serles útiles. “Hace de la necesidad virtud”. Pregunten a Carmen Calvo, Ábalos o Iván Redondo.

Esta profusión de alusiones refraneras las motiva las intervenciones del señor Pedro Sánchez que no tiene una mayoría progresista ni tampoco plurinacional sino plurinteresada. Pero a él, ¡qué más le da! Como dijo: “bien está lo que bien acaba”, lo que no indicó es que debía referirse a Junts.

Recurriendo a Soul Etspes:

“El cinismo en política es la materialización suprema de la arrogancia”.

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas