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OPINIÓN

El peligro para PP y Feijóo se llama: Ayuso

José Luis Úriz Iglesias | Martes 24 de mayo de 2022
Se acaba de desarrollar durante el fin de semana pasado el famoso congreso del PP de Madrid. Famoso porque de alguna manera abrió la caja de los truenos en el seno del PP por la confrontación entre su anterior líder Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso a cuenta de la negativa del primero a que se desarrollara.

Eso le costó la cabeza servida en bandeja de plata por el ahora nuevo líder Núñez Feijóo.

¿Eso solucionó el problema? Los que conocen la intrahistoria de este caso aseguran que no y que probablemente a medio o largo plazo tendrá, como las teleseries de Netflix, su segunda y definitiva temporada.

Ayuso, conducida magistralmente hasta ahora por su mentor Miguel Ángel Rodríguez, no se sabe si con la larga sombra de Aznar tras él, no sólo deseaba arrasar primero en las elecciones autonómicas del pasado año y ser paseada bajo palío con todos los honores durante estos días, sino llegar a lo más alto del PP nacional y posteriormente a la Moncloa.

Ella, o quizás el más listo del reino, MAR, creen que está llamada a llegar a lo más alto de este país y no van a cejar en su empeño de cumplir esa profecía.

Ahora tiene un poderoso altavoz en todas sus facetas institucionales. Nadie se va a atrever a discutírselo. Lo dejó muy claro en sus intervenciones y declaraciones este fin de semana, en el que ha aprovechado la posibilidad para decir alto y claro por dónde plantea que camine el PP y da la sensación de que no es por el mismo camino ideológico que Feijóo.

Si la cara dicen que es el espejo del alma, la de su líder actual escuchándola lo decía todo.

No tiene límites, tampoco miedo a nada y alguien le está susurrando al oído que ese ideario coincide con el de la mayoría, no sabemos si de este país, pero al menos de la derecha, sea centrada o extrema.

Es consciente, ella y su susurrador, que el invento que patentó Donald Trump también puede funcionar aquí y lo van a llevar a cabo pese a quien pese, incluido su líder actual. Se ha cargado ya a uno; ¿por qué no a dos?

Ricardo III de Shakespeare era hombre, pero quedaba escribir la misma historia, en este caso con asesinatos políticos, pero protagonizada por una mujer. Isabel Díaz Ayuso da el perfil perfecto para ello y además a diferencia de la obra de García Márquez, sí tiene quien la escriba.

Harían mal sus enemigos internos y externos, de Feijóo a las izquierdas, en despreciar su destreza y habilidades y está además dirigida por el mejor discípulo actual de Maquiavelo. Aviso a navegantes.

Ella y MAR saben que las tácticas impuestas por el trumpismo funcionan, especialmente en ese sector de la sociedad, cada vez más mayoritario, que se siente ignorado y abandonado por el poder.

Es amplio porque es interclasista, lo mismo de la derecha como de la izquierda, del norte, sur, este y oeste, jóvenes y menos jóvenes.

Su victimismo, su batalla contra el establishment, contra la malvada prensa canallesca va en línea con el primero.

A ellas y ellos ha lanzado sus demoledores mensajes captando su punto débil. Pero no sólo en lo ideológico, también en lo vivencial.

Con su vestimenta, su manera de andar o hablar está creando escuela, incluso quizás la aparente torpeza en la manera de expresarse no sea tal, sino una estrategia para llegar mucho mejor a ese electorado.

También ha roto barreras y esquemas sin ningún pudor, en especial su propuesta de pactos con VOX que se plasmó en CyL y podría ser que también en Andalucía.

Anteriormente lo hizo con lo público y ahora intenta hacer lo mismo con el feminismo, o con los derechos de las minorías.

Poco a poco va sembrando. Mientras que sus contrincantes la desprecian y ridiculizan, ella va asentando su proyecto político y personal al mismo estilo de Trump.

Harían bien para poder desactivarla en estudiar con atención su magistral jugada contra Casado. Contiene detalles que animo, especialmente a las gentes de PSOE y Podemos, a analizar con detenimiento.

Quizás la única duda es si su ambición excesiva, su falta de escrúpulos, el “todo vale” para llegar a la cima no se pueda llevar por delante a Feijóo, al PP, e incluso al país si llegara a cumplir su propósito. Aunque también podría ocurrir que fuera ella y su gurú los que cayeran en el abismo.

Las tesis expuestas este pasado fin de semana podrán ser populistas y conectar con esa parte del electorado, pero resultan extremadamente peligrosas para las clases más desfavorecidas, para las minorías, para el progreso, para la propia democracia. De cómo terminó lo de Trump en EE.UU. nos debe llevar también a la reflexión.

Quizás ahora que las encuestan son cada vez más desfavorables para las izquierdas, las únicas esperanzas para mantener el poder y recuperarse sean, por un lado hacer las cosas mucho mejor que hasta ahora y por otro que Ayuso les eche una mano fundamental.

Veremos…

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