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OPINIÓN

El estado del estado (95): La verdad (XX)

Carlos González | Sábado 17 de abril de 2021
Continuando en esa búsqueda de las “Verdades objetivas” -que son los conocimientos contrastados que poseemos de la Naturaleza de la que estamos hechos, y por ello de nosotros mismos como parte inseparable de ella- debemos ahora analizar al propio individuo. Yony nos dice que si reflexionamos con amplitud podemos aprender mucho de este análisis.

Cualquier individuo es una unión de células que se han especializado en órganos y funciones concretas, formando un grupo que reaccionan frente al exterior como un todo. Dichas células son esa unión, si esta se destruye, si muere el individuo, ellas mueren con él, por lo tanto todas se organizarán y cumplirán su misión con un único objetivo, que ese individuo sobreviva en las mejores condiciones posibles. Este individuo-organización tomará decisiones desde su estricto “Yo”. Él será el centro de todo, igual que un niño que cree que el sol sale para él, y tratará de defenderse y preponderar, porque “Muerto él, se acabó el mundo”.

Si le echamos una vista a su interior, comprobamos que esa persona ya tiene unos progenitores, un tipo de familia, es producto de una organización social, que, aunque él en principio actuará totalmente inconsciente, cuando comience a ser consciente de su vida, ya está totalmente formado con: Esa Lengua. Esas costumbres y religiones o ideologías. Una Carga genética heredada, unos gustos culturales, unas formas de pensar…Es decir, ya es un “alguien” formado de esa manera, y, aunque le pese, ya no podrá dejar de ser “Eso”, nunca. Todos los planes de reeducación de adultos han fracasado en la historia, porque la mente de una persona es exactamente igual que un libro o un disco de vinilo. Una vez impresas unas letras y frases cada vez que abramos ese libro siempre leeremos lo mismo. Para que no sea así debemos destruirlo e imprimir otro. Y somos unas canciones grabadas. Cada vez que se coloque en el reproductor siempre sonarán la misma música.

Una persona de veinte años no es otra cosa que la educación y la formación que hemos depositado en ella. En función a esa educación y esa formación reaccionará toda su vida.

Es exclusivamente en base a los niveles de formación y de madurez de ese individuo, lo que le hará que cada vez sea más consciente de que toda su estructura cultural es relativa. Si no está formado y adquiere cierta madurez, creerá que esa lengua es la única posible, o que es la mejor del mundo. Lo mismo le sucederá con sus creencias, dogmas, ideología, forma de vida o tipo de matrimonio y familia. Si está formado comprenderá que usa esa lengua como usaría otra si naciese en otra cultura, o creería en otros dioses si naciese dentro de otra civilización. Defenderá su cultura porque es la suya y la comparte con muchos otros, pero no hará de ella algo fanático y absoluto, porque lo primero que comprenderá al formarse es que esa misma cultura y forma de pensar cien años atrás ya era diferente, y dentro de cincuenta años volverá a reformarse.

Las lenguas, creencias, costumbres y leyes, una persona formada y madura sabe que son los mecanismos de organización social en ese grupo humano determinado. Estos son siempre imprescindibles, pero no creerá que son absolutas, ni las únicas posibles. Y comprenderá que siempre, por fortuna, están sometidas a la evolución de los tiempos. Pero también sabemos que sus niveles de comprensión y de flexibilidad estarán en línea directa con su formación y su madurez como persona.

Si su formación es la adecuada sabrá que todo lo anterior es coyuntural. Es miembro de esa cultura y debe defenderla, pero podría haber nacido en cualquier otra y pensaría diferente. Y defiende sus costumbres y creencias pero comprende que cualquier otro también defenderá las suyas. Por eso pacta con muchos otros y sabe sobrevivir en colaboración y cooperación. Un fanático matará a todo el que no piense, hable o rece como él. Y no cooperará nunca con nadie.

Una persona formada sabe que eso es la decoración, lo coyuntural, pero que lo estructural, lo importante, es que es un ser humano necesita comer y beber y convivir, y querer y que le quieran, y comprender que ha de cooperar con otros seres humanos sabiendo que lo importante es sobrevivir todos juntos y organizados. Y colaborando podemos entendernos y defendernos todos de los enormes problemas de la Vida, y podremos sobrevivir como Especie y alcanzar los mayores y mejores conocimientos posibles para que comprendamos nuestro mundo, y a nosotros mismos, de la mejor forma posible.

Un buen ser humano sabe que debe estudiar y aprender cada día porque solo el conocimiento le puede hacer apartarse de los niveles de… Brutalidad.

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