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CASTILLA Y LEÓN

Las principales ONG ecologistas rechazan la mina de uranio de Retortillo, en Salamanca

La Voz de Ávila | Martes 23 de febrero de 2021
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF alertan sobre la argumentación que la multinacional australiana Berkeley defiende para llevar a cabo la apertura de la mina. Las cinco grandes organizaciones ecologistas defienden que lo que hace falta son trabajos estables duraderos y sostenibles en la zona y no contraponer desarrollo y empleo a la conservación de la naturaleza.

Ante la última comunicación de la multinacional australiana Berkeley en la que la empresa ha recurrido a la economía para defender su proyecto de mina de uranio en Retortillo (Salamanca), las organizaciones Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han manifestado que se trata de un planteamiento totalmente contrario a lo que se necesita para responder a la crisis global a la que se enfrenta el planeta.

Así, la multinacional emplea argumentos de inversión económica como una oportunidad de futuro, vulnerando la seguridad, la salud y un futuro para las personas habitantes de la zona. Las organizaciones reiteran que el proyecto de mina de uranio a cielo abierto de Retortillo y la planta de fabricación de concentrados de uranio asociada conllevan riesgos ambientales, sociales y sobre la salud que son inaceptables.

Asimismo, recuerdan que, desde un principio, la autorización de este proyecto de alto riesgo ha estado rodeada de graves irregularidades, enorme polémica y una gran oposición local. Así, el proyecto obtuvo inexplicablemente una declaración de impacto ambiental positiva por parte de la Junta de Castilla y León (BOCYL de 8 de octubre de 2013) pese a que la Evaluación de Impacto Ambiental no valoraba la mayor parte de los graves riesgos ambientales asociados ni, aún más grave, los impactos sobre el medio y las personas dedicadas a la producción y almacenamiento de residuos radiactivos.

Las organizaciones consideran que el proyecto de Berkeley conlleva impactos que el promotor no ha sido capaz de resolver, y por ello han solicitado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico el archivo definitivo del procedimiento.

Impacto en el medio

Hasta el momento, la empresa ha destrozado 40 hectáreas de arbolado y ha enfrentado a la población local. Las entidades ambientales recuerdan que lo único que posee la empresa son unas pequeñas instalaciones prefabricadas que rompen la belleza paisajística del entorno del río Yeltes, espacio incluido en la Red Natura 2000 al ser considerado una Zona Especial de Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

Como ya anunciaron el pasado mes de enero ante las presiones del promotor de la mina sobre el Consejo de Seguridad Nuclear, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF rechazan las amenazas de Berkeley de emprender acciones judiciales si el Parlamento Español, en el ejercicio de sus funciones, toma la decisión de prohibir la peligrosa minería de uranio en nuestro país.

La transición energética: el futuro

Esta situación se agrava aún más y carece de toda lógica cuando la tendencia internacional y nacional es caminar hacia fuentes renovables y no contaminantes y en una estrategia de abandono de la energía nuclear.

Además, la futura Ley de Cambio Climático incluye la prohibición de la minería de uranio, lo que recoge una de las reivindicaciones de las entidades ecologistas, porque la energía nuclear no forma parte del futuro modelo energético.

Recuperación sostenible

Ante esta nueva jugada de la multinacional para argumentar el desarrollo del proyecto, las organizaciones ponen de manifiesto que la única salida viable a medio plazo de esta crisis social, ambiental y económica pasa por tomar medidas valientes y de forma urgente, que se ajusten a los objetivos de reducción de emisiones y descarbonización y a las estrategias para mejorar la biodiversidad y reducir la contaminación. Y todo ello, en el marco de una transición justa, que no deje a nadie atrás. Las ONG recuerdan que lejos de promover el desarrollo sostenible y la creación de empleo de calidad, este proyecto pondrá en riesgo la economía y la salud local, acabando de forma inmediata con actividades tradicionales como la ganadería de vacuno o el turismo rural y termal que hay en la zona.

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