27 de julio de 2024, 3:22:14
OPINIÓN


En defensa de Occidente (XXIX)

Por Carlos González

Una vez que hemos terminado el partido contra Rusia, en los cuartos de final, lo conveniente es que realicemos un análisis post-partido en el que saquemos todas las conclusiones que podamos, y elaborar los máximos Conocimientos posibles para saber como enfrentarse, en el futuro, a un rival de esas características.


Bien es cierto que ya son conocimientos muy elaborados del pasado. El problema actual de la Federación Rusa, no es diferente a la Francia Napoleónica, a la Alemania de principios del S. XX, o del Japón de 1.940. Quieren no solo mantener, sino expandir su estructura política y cultural a los máximos territorios posibles. Unos se fundan en su “Cultura original”, otros en la “Raza”, ahora Putin en una mezcla de Idioma, Raza, Cultura y tradiciones. A ese conglomerado, que no es más que un grupo social organizado (GSO) le suelen llamar Estado, Nación, Imperio. Pero da lo mismo, es una cuestión de nombres. La actitud Psicológica -deseo de dominación como machos Alfa de los máximos territorios posibles y la imposición-propagación de su esperma- y la Aptitud material –recursos económicos, grandes ejércitos ya preparados y armados desde hace tiempo, propaganda para insuflar energía a sus bases- es la misma, están calcados unos de otros.

¿Como se debe abordar el partido para obtener la victoria? Pues como se hizo en el pasado con aquellos, y hoy con estos. Simplemente hacerles ver que no están solos en el planeta Tierra, que es una cuestión de que elaboremos entre todos unas normas de tráfico, con semáforos y rotondas, y un conjunto acordado de señales, para que todos podamos sobrevivir, convivir y circular. Ellos van de “Chulos de barrio”, y apoyándose en sus propias novelas de caballería -como nuestro Alonso Quijano- pretenden imponer sus normas de tráfico a los demás, que solo tienen un artículo: “Que todos se paren y esperen cuando ellos pasan, porque son los que tienen el derecho a mandar en la circulación”.

Y una vez sometidos a la decisión multilateral, hacerles ver que en realidad esto funciona. La prueba está bien clara, hoy Alemania y Japón, así como la Francia post-Napoleónica, durante el S. XIX, se han integrado en el concierto de las naciones, y son unos abanderados muy importantes. De hecho, sus economías, y sus sociedades en general, están al frente de los estados más ricos y desarrollados, y a ninguno de los tres se les ocurre decir que: “Van a invadir a sangre y fuego a sus vecinos”.

La posición equilibrada es que ellos tienen todo el derecho del mundo a seguir con ciertas tradiciones, costumbres, y ánimo de vender su cultura al exterior. Pase lo que pase nadie podrá anular a la gran literatura rusa, a su excepcional teatro y sus autores, y menos aún a sus extraordinarios compositores. A nadie le interesa la nacionalidad del creador del “Lago de los cisnes”, lo que todos sabemos es que es “Fantástico” y nos encanta a todos. Y a partir de ahí, que intenten organizar los máximos y mejores festivales posibles. Lo que no podrán, y debemos imponérselo y dejárselo muy claro, es que no pueden obligar a entrar a los espectadores a punta de pistola.

Pero lo que nosotros debemos hacer es preocuparnos de nuestra posición. Y realizar nuestro trabajo y objetivos desde la misma. Que ellos extraigan sus conclusiones, nosotros debemos hacer hincapié sobre las nuestras. Estas están bastante claras:

  • Tras la victoria en el partido hemos de hacer ver a Rusia de que son Cristianos como nosotros. Con una serie de valores compartidos que han provocado que, aunque con rivalidades y diferencias, hemos desarrollado durante dos mil años nuestras sociedades con una estructura casi idéntica.
  • Que provenimos de la estructura política del Imperio Romano, ellos del de Oriente, nosotros del de Occidente. Pero que el Derecho Romano de Justiniano y sus Compilaciones nos rigen a ambos. Y que ya llevamos viviendo la misma cultura intercambiada desde hace mas de mil años.
  • Pertenecen al mundo de Descartes, Newton e Einstein, como nosotros. Llevan compartiendo el Método Científico con nosotros los últimos quinientos años.
  • Que pertenecemos a la misma cultura. Muy diferentes a todo África, y más aún a sus vecinos de Asia, con los que nunca compartieron nada y siempre vivieron de espalda absoluta a ellos. Incluso durante el mundo llamado Comunista, nadie vivió más alejado de la Unión Soviética que la China de Mao o el Vietnam triunfador, así como Corea del norte con la que comparte frontera y no le une absolutamente nada.


Tras el partido Rusia se integrará en la Liga de las competiciones deportivas del futuro. Designaremos un sistema arbitral y nombraremos a los árbitros juntos. Estoy seguro que serán unos magníficos competidores, pero con reglas para todos.

¿Dónde han estado nuestros mayores fallos, y que debemos corregirlos cuanto antes? En que no podemos despistar nuestra defensa al principio del partido. Debimos pararles los pies cuando actuaron contra Georgia (allí nos marcaron el primer gol), y es imperdonable cuando nos metieron el segundo con la toma de Crimea casi con cachondeo. Aunque al final -y es lo que importa- ganamos cinco a dos el partido, nunca debemos dejar marcar esos dos goles.

Hemos de saber, para el futuro, cuando un dictador ha iniciado sus pasos hacia la destrucción de sus vecinos… Y pararle los pies en ese momento.

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